Potencia al máximo tu sistema inmunitario

Potencia sistema inmunitario

Potencia al máximo tu sistema inmunitario

Potencia sistema inmunitario

El sistema inmunitario es un mecanismo de curación y protección natural, que nos ayuda a adaptarnos y a encontrar nuestro equilibrio interno. Hacernos amigo de él es una buena inversión para nuestra salud y calidad de vida.

Estamos en un momento crítico en que podemos observar que los hábitos y pautas de vida de nuestra sociedad no funcionan.

Hemos modificado los valores de vida sólidos construidos durante miles de años por otros totalmente superficiales y sin sentido común. Valoramos todo lo “exterior” e ignoramos todo lo “interior”: nuestras cualidades humanas, nuestras virtudes y calidad de corazón.

Como estamos en un mundo dualista, toda acción genera una reacción y las reacciones que estamos recogiendo ahora son de desequilibrio a todos los niveles de nuestro ser.

¡La mente ha superado al corazón y es un precio muy alto a pagar!

Existen y existirán gérmenes, virus, bacterias, ¡etc…es la vida!  ¡Pero si estamos fuertes y con energía, no estaremos afectados por la gripe o cualquier otra enfermedad! Hay que revitalizar a nuestro sistema inmunitario, que es realmente el conjunto de todos nuestros sistemas: circulatorio, respiratorio, digestivo, nervioso, óseo, reproductor, endocrino… y a todos nuestros cuerpos (físico, emocional, mental), ya que cualquier desequilibrio en uno de ellos, nos afectará a nivel global. Hay que buscar la salud integral.

  1. Estar consciente de cómo nos debilitamos,
  2. Crear una buena calidad de sangre,
  3. Saber cómo mantenernos fuertes y con energía con nuestros hábitos del día a día.

Artículo publicado en la versión papel de «Tv Bio, La Revista«: número Noviembre/Diciembre 2023

Somos creadores de nuestra vida

Aquí no hay víctimas, sino que, con nuestro hacer diario, creamos nuestro Presente. Ya sabemos que, si deseamos tener el mismo futuro, tan solo hay que seguir con las mismas acciones. Pero si por el contrario, deseamos recoger diferentes frutos, hay que sembrar, hoy, diferentes semillas de las que habitualmente usamos. ¡Es de sentido común, si plantamos melones no podemos recoger zanahorias! ¿Nos gusta lo que estamos recogiendo en nuestra huerta interior en estos momentos?

¿Cómo nos debilitamos a nivel físico?

La forma más común depende directamente de la calidad de nuestra alimentación. Qué alimentos usamos y qué efectos-reacciones producen en nuestros cuerpos (físico, mental, emocional).

Si lo que realmente deseamos es obtener una calidad de vida, energía y estabilidad, uno de los primeros pasos, es reflexionar sobre qué clase de efectos y energía generan los alimentos que comemos al menos 3 veces al día.

Cada alimento nos genera un efecto, tanto a nivel físico como energético.

Cada alimento tiene su fuerza vital (KI) y de acuerdo a la cantidad y la forma en que lo consumimos, nos ofrecerá una reacción y energía diferente.

El cocinar, preparar alimentos para generar salud, vitalidad, equilibrio y paz interior es un arte olvidado, que hay que volver a recuperar a toda costa. 

Los alimentos que producen una sangre ácida, estrés, desmineralización y con ello reacciones extremas a nivel físico, emocional y mental son los siguientes:

  • El grupo de las grasas animales saturadas: Carnes ,embutidos, excesos de lácteos.
  • Exceso de horneados (pan, bollería, pizzas…).
  • El consumo diario de azúcares refinados en: azúcar blanco, azúcar moreno, de caña, miel, sacarinas, fructosa, azúcares artificiales, sirope de arce, chocolate, helados con azúcar, chucherías y golosinas con azúcares rápidos. Bebidas gaseosas azucaradas, pastelería y horneados con azúcares rápidos.
  • Exceso de crudos, frutas ácidas y tropicales.
  • El consumo regular de solanáceas (patata, tomate, berenjena, pimiento).
  • Lácteos blandos (mantequillas, leche, yogur, nata,etc….
  • Estimulantes (cafés, bebidas gaseosas azucaradas, etc…)
  • Alcohol y vinagres

Todos estos alimentos acidifican la sangre, ¡nos desmineralizan! Por ello, nuestro cuerpo tenderá a equilibrar esta acidez con reservas de minerales. Si ya no existieran estas reservas, tendrá que obtenerlos de órganos y sistemas, con el consiguiente efecto desmineralizante y debilitante para todo nuestro sistema inmunitario.

Por ejemplo, el consumo de grasa saturada nos tensará y bloqueará el hígado, generando tensión, rigidez, produciendo toxicidad y sangre ácida, con emociones cerradas, fuertes y de exceso. Por ello, desearemos alimentos o bebidas de efecto opuesto que nos enfríen, nos ayuden a desbloquearnos, nos generen efectos de expansión, evasión, dispersión. Aunque con su consumo nos debiliten (especialmente el sistema nervioso y nuestros riñones) sintiéndonos sin energía, apáticos y con el sistema inmunitario frágil. Son los dos extremos energéticos, uno no existe sin el otro.

Hacia una salud integral y un sistema inmunitario fuerte

El primer paso es adoptar una alimentación que nos refuerce, nos mantenga un pH de la sangre ligeramente alcalino, y que no nos desmineralice.

Una alimentación basada en alimentos integrales, sin procesar ni refinar. Los alimentos de toda la vida, los usados por nuestros antepasados y principalmente originarios del campo.

Estos alimentos son: cereales integrales en su forma integral y sin procesar, que nos aportan energía y vitalidad. Proteínas vegetales (legumbres, tofu, tempeh, seitán), pescado, verduras de raíz (redondas y de hoja verde)  verduras del mar (algas), semillas, frutos secos, aceites vegetales, frutas estacionales, condimentos y endulzantes naturales.

Y lo más importante, escuchar a nuestro cuerpo, nuestros sistemas están cansados y se debilitan. Por ejemplo, si vemos que en un momento dado, empezamos a tener síntomas de resfriado, podemos tomar inmediatamente echinacea, propolis y tomillo para poder reforzar nuestro sistema inmunitario o infusiones calientes de tomillo con unas rodajitas de jengibre fresco. Hacer vahos en la habitación con aceite esencial de eucaliptos y también hay que incrementar en invierno las horas de sueño y descanso.

Hay que entender el equilibrio, hay que reaprender a usar estos alimentos olvidados, saber sus combinaciones y sentirnos totalmente satisfechos con ellos. Para ello, hay que desear aprender, estar abiertos, instruirse y practicar a diario.

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Montse Bradford

Montse Bradford

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Alimentación saludable para niños

Alimentación saludable para niños

Alimentación saludable para niños

Bienvenidos a un nuevo webinar con experto. Lo titulamos «Alimentación saludable para niños: aspectos clave a tener en cuenta». Nos acompaña Mercedes Morales, educadora en temas de alimentación y autora del blog Mama Bio. Como siempre en estos webinars puedes elegir la opción de «Verlo» o «Leerlo», lo que más te apetezca. En esta entrevista se tratan temas relacionados con
la alimentación infantil, recomendaciones de la OMS y educación alimentaria. Muy interesante para «papis» y «mamis».

¿Qué conviene saber y qué conviene desaprender en este tema de la dieta para niños?

Los padres somos absolutamente responsables de la comida que le vamos introduciendo al niño. Somos los que llevamos el biberón y la cuchara a la boca del niño. Muchas veces, aunque el niño no conoce ni tiene en su paladar ciertos sabores, pensamos: ¿por qué no ponemos cacao a la bebida o el desayuno?, ¿por qué no ponemos esto que va a estar más dulce? Sin embargo el niño es algo neutro, es algo que aún no ha tenido en su paladar estos sabores, y sería fantástico educarles desde pequeños en una alimentación saludable y equilibrada, sin viciarlos.

¿Un niño gordo es un niño sano?

Desgraciadamente las ideas de las abuelas y las madres de antaño aún creen que un niño gordito está más rebosante de salud. Sin embargo un niño gordito puede estar malnutrido y además es un niño que con muchas probabilidades será un adulto gordo, obeso. Y la obesidad, según la OMS es una enfermedad crónico. Por ello es mejor que el niño esté delgado a que esté gordo.

Y no nos olvidemos que en 2014 la OMS creó una comisión específica para parar el crecimiento de niños con sobrepeso. Es una comisión que dice: “Stop a la obesidad infantil»

¿Nos volvemos adictos desde pequeños?

Por supuesto. Y no sólo por las golosinas, sino porque un porcentaje elevadísimo de la alimentación que encontramos en los supermercados convencionales, vienen con azúcar escondido. Se lo damos al niño sin saber que está y le genera esa necesidad de consumir por ejemplo ese tomate frito y no otro porque el que tiene azúcar le da esa satisfacción a su cerebro.

Nutrición infantil: ¿qué alimentos son los que hay que incluir en fases de crecimiento?

Básicamente lo que tiene que tener son suficientes proteínas, hidratos de carbono, grasas no saturadas y vitaminas en su justa medida. ¿Qué pasa? Pues que viene la preocupación de los padres pensando que necesita más cantidad de proteínas, más cantidad de nutrientes… y ocurre que caemos en el exceso. Desde los 6 meses hasta los 3 añitos el niño está tomando el doble de proteínas, según estudios de la OMS. Algo que por cierto también ocurre en los adultos.

¿Cómo rompen los padres con modelos de antaño para empezar a cambiar?

Comer no es tan difícil. NInguno de nosotros venía con un manual de nutrición bajo el brazo. ¿Sabes cúal es el peligro? La cantidad de oferta de productos que existe, lo cual nos hace daño. Si pudiésemos apartar todos los alimentos procesados y volver a comer los alimentos en su estado natural, no tendríamos que estar midiendo nutrientes. Sería una dieta balanceada con un poco de todo, sin azúcares, que ahora lo inunda todo, y con alimentos complejos en lugar de refinados. Así, no nos volveríamos locos pensando en si nuestros hijos tienen lo que necesitan.

¿Sería aplicar el sentido común?

Y cocinar. Observa en los supermercados como han crecido los alimentos precocinados y listos para llevar al horno o al microondas. Ese es el gran peligro de la alimentación.

¿Los hijos deben llevar una alimentación específica?

Para nada. En mi opinión gran error. El niño necesita tomar unas cantidades distintas del adulto pero los mismos nutrientes. Lo que sí diría es que hay que cuidar ciertos aspectos como por ejemplo que el niño necesita más sabor dulce en su comida. Y si no se lo damos lo va a buscar comiendo cosas dulces con azúcar. O que el niño necesita cosas crujientes, hay que buscar cocciones crujientes que sacien esas necesidades.

«Si pudiésemos apartar todos los alimentos procesados y volver a comer los alimentos en su estado natural, no tendríamos que estar midiendo nutrientes. Sería una dieta balanceada con un poco de todo, sin azúcares, que ahora lo inunda todo, y con alimentos complejos en lugar de refinados»

Si tenemos un hijo o una hija con 7 u 8 años, ¿cómo hacemos para que no se sientan tan atraídos por todo lo que están acostumbrados hasta ahora?

Buscando sustitutos y pactarlo con ellos. Si le gustan las patatas fritas o los ganchitos de queso, hagamos por ejemplo unas palomitas de maíz ecológico con sabores. Haremos con ayuda de ellos unas palomitas con orégano, con tomillo, con albahaca, y así tendremos un snacks saludables. Si quieren bollos, pues cocinemos con ellos un buen pastel en casa sin azúcares y con buenas harinas. Busquemos ese sustituto saludable para que sacie su deseo y cuando lo vea fuera de casa no lo busque porque su cerebro ya lo ha tomado.

¿Esto sería aplicable a la hora de preparar almuerzos y meriendas?

Claro. Un bocadillo de jamón york y queso. La propia OMS ha dicho que reduzcamos la carne procesada. El problema es que los papás no queremos calentarnos mucho la cabeza. Sin embargo se puede hacer para la merienda del niño un poco de calabaza asada con un poco de crema de almendra por encima para que le resulte apetecible. O frutos secos para saciar ese aporte de grasa que por ejemplo le da el donuts. Si le damos una zanahoria no va a quedar feliz, porque quiere algo que tenga sabor dulce y la parte de grasa. Hagamos bocadillos con mermeladas sin azúcar, con tahín, unas galletas de avena que podemos preparar con ellos.

¿Es importante introducirlos en la cocina?

Totalmente. Y que sean parte de la compra también.

¿Los padres son el ejemplo?

Deberían. Pero claro si tú comes patatas fritas y no tomas fruta, ¿lo ha a hacer el niño?

3 consejos para que los niños lleven una alimentación saludable

Un 3 por 1. Educar, educar y educar.

Hagamos la compra con ellos y que elijan los productos con nosotros leyendo las etiquetas, tratando de enseñarles a evitar la lista de productos químicos que no saben descifrar. Hablemos con ellos sobre lo que nos beneficia o nos perjudica. Cocinemos con ellos. Si conoce lo que hay en un producto, si sabe que necesita comer… lo va a aceptar.

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