Hoy en día vamos a contrarreloj, el estrés nos invade. No tenemos tiempo, corremos de un lado para otro y realmente no nos damos cuenta que no prestamos atención a nuestro cuerpo. Hace tiempo que me pregunto:¿sabemos lo que comemos?¿quién cultiva esos alimentos?¿con qué sustancias se nutren? y sobre todo ¿ cómo se cultivan?.
En este artículo os quiero hablar de un tipo de cultivo, que no es muy conocido pero que se lleva utilizando hace miles de años, estoy hablando del cultivo hidropónico o cultivo sin suelo.
Surgen como una alternativa a la agricultura tradicional, cuyo principal objetivo es eliminar o disminuir los factores limitantes del crecimiento vegetal asociados a las características del suelo, sustituyéndolo por otros soportes de cultivo y aplicando técnicas de fertilización alternativas.
La Ciencia de los Sustratos alternativos tiene como base el cultivo de plantas sin utilizar el suelo. Las raíces de las mismas se encuentran suspendidas en un soporte inerte (grava, arena, turba), en la propia disolución nutritiva lo que exige una recirculación constante de la misma, o en el interior de una cámara de PVC o cualquier otro material, con las paredes perforadas, por donde se introducen las plantas; en tal caso, las raíces están al aire, crecen en la oscuridad y la disolución nutritiva se destribuye por pulverización a media o baja presión-este sistema recibe el nombre de aeroponía-.
El empleo de la hidroponía favorece un incremento en el número de cosechas al año por área de producción, debido naturalmente, a que no existe necesidad de que transcurra un tiempo limitado de descanso entre cosechas. En este aspecto, la hidroponía ofrece una alternativa única, ya que se puede aprovechar el espacio de estos suelos no productivos con la posibilidad de duplicar e incluso triplicar el número de cosechas por año.
El cansancio de los suelos por alta carga de patógenos tras cultivos repetidos o la acumulación de iones que conllevan alcalinidad y/o elevación del tenor de sodio ha empujado a muchos productores a realizar cultivos hidropónicos o sin suelo. En cultivos comerciales -en cuanto a su superficie- se hace obligatorio seguir normas ambientales amigables con el ambiente y emplear métodos de recirculación de las soluciones volviéndolas al cultivo tras equilibrarlas y desinfectarlas o buscándoles un lugar de descarga que evite la llegada de los nutrientes efluentes al suelo, cursos de agua y a los acuíferos.
Ya existen métodos en sistemas abiertos que permiten un segundo cultivo, fijación por plantas que crecen en pequeñas lagunas de fondo impermeabilizado y otros ensayándose. Las recomendaciones de realizar cultivos hidropónicos o sin suelo solo por considerar su alta productividad y rendimiento económico, que no tengan en cuenta estos aspectos ambientales perniciosos, no son aconsejables.
Los cultivos que son aptos para este método son el tomate, lechuga, repollo, pimiento, pepino, espinaca, entre otros.
HISTORIA DE LA HIDROPONIA
La Hidroponía tiene sus inicios junto a la formación de las primeras civilizaciones importantes. Registros jeroglíficos muestran que los antiguos egipcios fueron probablemente los primeros en tratar de cultivar plantas sin suelo. Algunos sospechan que los jardines colgantes de Babilonia han utilizado la tecnología hidropónica primitiva. El emperador romano Tiberio se cree que han utilizado técnicas hidropónicas para cultivar pepino fuera de temporada. Pero después de estos primeros experimentos, hay poca evidencia de que cualquier civilización importante intentó el cultivo hidropónico por más de mil años.
El siguiente gran desarrollo en el cultivo hidropónico se produjo en el siglo 17 en Europa, donde los invernaderos comenzaron a ser usado para cultivar plantas y hortalizas. Durante este tiempo, un naturalista británico con el nombre de John Woodward comenzó a experimentar con el «cultivo sin suelo» de Menta. A mediados del siglo XIX, las técnicas de laboratorio necesarias para cultivar plantas en hidropónicos fueron desarrolladas en Alemania.
Entre los años 1925 y 1935, muchas organizaciones de América han logrado importantes avances en la tecnología de la hidroponía. Varias estaciones experimentales agrícolas desarrollaron los métodos necesarios para el cultivo hidropónico de gran escala y la sustitución del suelo por una solución nutritiva. Fue durante este tiempo que William Frederick Gericke, un profesor de la Universidad de California en Berkeley, acuñó el término «hidroponía».
Los EE.UU. comenzó a explorar y experimentar con las aplicaciones prácticas de la hidroponía, durante la Segunda Guerra Mundial. El Pentágono se enfrentó al reto de suministrar alimentos a los militares del Pacífico, donde era difícil enviar alimentos y la imposibilidad de cultivar en las islas rocosas. El Gobierno resolvió este mediante la aplicación de técnicas hidropónicas para producir alimentos para los soldados y marineros.
Debido a que los sistemas hidropónicos demostró ser costoso en el tiempo, la mayoría de los planes a gran escala fueron abandonados. Sin embargo, en los años sesenta y setenta, se renovó el interés en que los avances en los plásticos comerciales se comprometió a reducir el costo de la hidroponía de forma significativa.
Hoy en día, la hidroponía es popular no sólo como una forma de producir mayor cantidad de alimentos saludables y más sabrosos a gran escala, sino también como un pasatiempo familiar. Los sistemas simples pueden ayudar a las personas a cultivar sus propias hierbas, flores, hortalizas en su casa, balcón, terraza, sótano, en un armario o incluso en su cocina.
Mucha gente mira a la hidroponía como la forma en que la mayoría de los alimentos pueden ser cultivados en el futuro. Como la cantidad de tierras cultivables disminuye cada año, la hidroponía puede ser la respuesta para mantener el suministro de alimentos del mundo por su capacidad para producir grandes rendimientos con una menor cantidad de espacio.
Artículo enviado por Dani Alonso